Sobre el juego

Los descendientes de Sin Nombre, encarcelados en el corazón de la Tierra, los demonios creen que están destinados a limpiar la superficie de la Esfera de la suciedad que la erosiona, de las Criaturas de la Luz, de los seres sintientes. Su objetivo es destruir las ciudades y los templos, borrar incluso la memoria de las civilizaciones. Su religión es la destrucción y el caos, su elemento es un fuego voraz y hambriento. Los esfuerzos de la raza están dirigidos por el Círculo del Infierno que incluye a los mejores representantes de todas las castas. En su intento por controlar las profundidades subterráneas, los demonios se enfrentaron a enanos que opusieron una resistencia feroz y desesperada. El prolongado enfrentamiento agotó a ambas razas y, al final, los líderes de estas dos naciones firmaron una tregua que pasó a la historia como el Tratado de Llama y Piedra. Como resultado del acuerdo, ambas razas se han comprometido a poner a sus mejores luchadores a duelo una vez cada 50 años para determinar quién controlará las entrañas de la Tierra en el futuro. La primera victoria fue para los enanos, pero eso fue hace medio siglo y los demonios se preparan para vengar su derrota.

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La heredad de los elfos oscuros una vez se extendió por todo el continente, y un viajero podía comenzar desde la costa y llegar a las montañas enanas sin siquiera poner un pie en tierras no élficas. El poder de los elfos comenzó a menguar después de que Tir Twayd fuera invadido por las tribus bárbaras del norte, lo que condujo a la Guerra sin fin que duró más de 300 años y resultó en una aplastante derrota para los elfos. La raza mayor se vio obligada a ceder la mayor parte de sus tierras a los humanos, reteniendo solo una pequeña porción de tierra que rodeaba su antigua capital de Gearost. Los elfos perdieron la mayor parte de su población durante la guerra y comenzaron a desvanecerse, un pueblo una vez orgulloso que enfrenta el declive. No queriendo tolerar este estado de cosas, el Consejo Supremo de los Elfos recurrió a los hechiceros en busca de apoyo, y juntos lograron traer demonios a este mundo, forjando una alianza contra humanos y enanos.

La vida de los enanos en las profundidades de la montaña es difícil y está llena de peligros, por lo que los representantes de esta raza son conocidos por su sólido juicio, sentido práctico y desdén por las artes arcanas. Divididos en tres grandes Talleres - Piedra, Hierro y Oro - continúan su lucha contra los Sin Nombre y sus secuaces demoníacos que intentan abrirse paso a la superficie. Cuando los elfos oscuros ayudaron a los demonios a encontrar un desvío, los enanos se negaron a permanecer entre el martillo y el lugar difícil y se acercaron a los humanos para proponer una alianza. Los humanos dieron la bienvenida a este apoyo inesperado con los brazos abiertos, influidos por las habilidades de ingeniería y fabricación de armas de los enanos, así como por su vasta experiencia militar.