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Encendiendo El Corazón De Azufre


Los demonios tienen sus propias tradiciones en el Círculo de Nieve. No cuentan cuentos de hadas, porque detestan su naturaleza dura. En cambio, los cuernos recuerdan la leyenda de cómo su gran Volcán corazón de Azufre se extinguió.
 
Sucedió en tiempos inmemoriales. El volcán se desvaneció de la noche a la mañana por una razón desconocida. Y luego cayó el invierno sobre la capital de los demonios y sus tierras.
 
Los chamanes más antiguos buscaron una solución durante mucho tiempo y encontraron un pergamino antiguo que hablaba del artefacto Candel. Era él quien tenía el poder de devolver el fuego.
 
La joven demoníaca Erma quería ayudar y fue a buscar el artefacto. Pero Candel no pudo encontrarlo. Pero en las bibliotecas remotas del Norte, encontró un tratado sobre la creación de este artefacto. Resultó que era un bastón blanco con telas rojas, en el que las letras estaban inscritas en el interior.
 
Pero los ancianos no lo creyeron, porque en sus libros Candel era un cáliz con fuego dentro. Pero Erma era inquebrantable. Ella creó un bastón blanco, como se indica en el libro, y luego tejió magia en tela roja durante días y noches, que selló con letras. Puso tanta fe y desesperación en la creación de la nueva Candela que no se dio cuenta de cómo tejió toda su esperanza y amor por el hogar en el artefacto.
 
En el decimotercer día, ella trajo su artefacto brillante al respiradero del volcán. Bajo silbidos y ululaciones, lo arrojó al abismo negro. La risa de los chamanes no tuvo tiempo de calmarse, ya que una columna de fuego salió de las entrañas de la tierra, iluminando el cielo. ¡El corazón de azufre volvió a latir!
 
Desde entonces, cada Vuelta de Nieve los demonios recuerdan el nombre de Erma, una joven demoníaca que resultó ser la más sabia de todos los chamanes y devolvió el fuego al volcán demoníaco.
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