¡Mortana, tráela!
Viktor Novak era el verdadero hombre del futuro. Creció en una familia de aristócratas y, en lugar de quemar la herencia de sus padres, comenzó a estudiar tecnología y magia. Creía que era posible hacer la vida más fácil para las personas si combinaba la magia y la ciencia, y lo hizo.
El primer experimento innovador de Viktor Novak fue su gato Mortana. Ella no era solo la mascota de un científico, sino también una compañera fiel. Aunque ella no hizo ningún dibujo, siempre supo qué tipo de herramienta presentar a su amo.
Mientras trabajaba en un proyecto para extraer agua y llevarla a las casas, Victor accidentalmente dejó caer un trozo de tubería en la pata de Mortane. El científico intentó con todas sus fuerzas salvar la extremidad del gato, pero no pudo: la pata aún tuvo que ser amputada. Victor no podía ver cómo cojeaba su amada mascota, por lo que comenzó a buscar una solución al problema.
El científico creó una pequeña prótesis mecánica que funcionaba con la ayuda de runas y mecanismos ocultos. El dispositivo inusual devolvió al gato su flexibilidad y movilidad anteriores, por lo que continuó trabajando junto con su dueño.
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